Wednesday, October 9, 2013

#ALaUniEnBici... Mi experimento.

Advertencia: Esto no tiene nada que ver con comida y será extenso.

Desde hace un tiempo para acá he estado un poco obsesionada con las bicicletas. Nunca monté mucha bici cuando era pequeña, y seamos sinceros, nunca he sido una persona particularmente atlética. Pero igual me encanta la idea de montar bici por toda la ciudad. Por un lado es porque estoy harta de los carros. Los carros contaminan, son ineficientes y son un eterno dolor de cabeza: que no hay, que si hay pero no hay repuestos, el seguro, los motorizados, los malandros. Gracias pero no gracias. Por otro lado el sistema de transporte público deja mucho que desear, así que ¿por qué no una bici? No soy ingenua, obviamente no es una solución para todo el mundo, ni siquiera en mi caso me sirve todo el tiempo. Pero me toca hacer el experimento, ¿no?

Para aclarar algo, no estoy hablando de montar bici los domingos, o de hacer bicicross o alguna de esas cosas suicidas. Estoy hablando de ciclismo urbano. Hay mucha gente que sabe mucho más de esto que yo, y les recomiendo por ejemplo leer sobre los chicos de CicloGuerrilla Urbana y BiciMamis. Están en Facebook y Twitter, valen la pena. No he tenido ningún contacto con ninguno de ellos pero veo lo que postean y seguramente algún día me atreveré a ir a alguna de sus rodadas. (Por ahora estoy trabajando en el ciclismo, no mis deficiencias sociales thankyouverymuch.)

Volviendo al tema, el ciclismo urbano. Claramente Caracas no es una ciudad diseñada para los ciclistas. Estamos bastante atrasados en el tema, incluso comparados con Bogotá, Buenos Aires y otros por aquí más cercanos. Por un lado me imagino que es tema de costumbre, el precio del petróleo y eso. Por otro lado la topografía no nos ayuda pero ni un poquito. Si le agregamos a eso las fallas en vialidad, falta de ciclovías, inseguridad, imposibilidad de llevar bicicletas en el transporte público, etc. no es sorpresa que no estemos a la vanguardia. Pero hay razones obvias de más en contra de andar en bici, ¿qué pasa con las razones a favor? También hay varias. Cuidar el ambiente por un lado, es impresionante la cantidad de carros que van por Caracas con una sola persona, si podemos sacar unos cuantos carros de las calles, ¿no vale la pena intentarlo? Por otro lado tenemos eso de que es infinitamente más saludable andar en bici que andar sentado en un carro. También he leído por ahí que muchos trayectos en Caracas son de pocos kilómetros y a esas distancias es mucho más rápido llegar en bicicleta debido al tráfico. EL TRÁFICO! La congestión en el Metro! Vamos a estar claros señores, Caracas no puede con nosotros tanto como nosotros no podemos con ella. Es hora de buscar soluciones alternativas. Pero más allá de todas las razones lógicas, hay una un poco personal que no sé describir bien. Es como no dejar que la ciudad te gane. No dejar que la inseguridad, los motorizados, el sexismo y toda la porquería que uno vive en la calle te obligue a encerrarte en tu casa, yendo de un lugar a otro en tu carro tratando de interactuar lo menos posible con el mundo. El miedo a la ciudad nos encierra, y no se puede vivir así. Entonces un poco el tema de la bicicleta para mí es no encerrarme, no dejar que la ciudad me limite tanto, no dejar que el miedo no me deje vivir. Y si se preguntan por qué Sofía hace tanto ruido por un paseo de 20 minutos, es por eso.

De nuevo, no es la solución para todo el mundo, pero creo que poco a poco podemos hacer buenos avances. Ya hay algunos: el plan Caracas Rueda Libre, los colectivos como los que ya mencioné, etc. Básicamente el hecho de que cada vez más personas usen la bicicleta como medio de transporte urbano hace que la ciudad se vaya adaptando. Mientras más ciclistas haya en la calle, no sólo haciendo ejercicio sino personas normales en su vida diaria, mejor será la infraestructura que los acomode. Cuando los conductores se acostumbren a ver ciclistas compartiendo la calle con carros y motos será mejor y más seguro el trayecto para todos. En fin, es como mi sueño poder no depender de los carros, al menos en mí día a día. Y como con todos los sueños hay que empezar pequeño, por eso estoy haciendo este experimento. Si fuera una tesis se llamaría algo así como “Estudio y evaluación de riesgos para la implementación de la bicicleta como medio de transporte en la vida diaria de Sofia”. Como no es una tesis, lo llamaré #ALaUniEnBici en honor a #AlTrabajoEnBici que hacen los viernes.

Lo primero es que mis trayectos de lunes a viernes son simples: Casa – UCV – Casa. Hay algunos trayectos al IVIC pero como no tiene sentido subir la Panamericana en bicicleta voy a seguir dependiendo de mi papá, Nelson y los carritos de Plaza Venezuela para esos.

Tengo la buena suerte de vivir realmente muy cerca de la universidad, y la doble suerte de que justamente la ciclovía que acaban de inaugurar es una gran parte de mi recorrido. La única dificultad real es que de venida tengo una subida que por ahora está fuera de mi alcance. Las pocas veces que lo he hecho (Ok, las dos veces) me he tenido que bajar y subir mi bici a pie, pero espero que algún día lo logre.

Me compré la bici en junio, y empecé a montar poco a poco. No me atrevía a ir por la calle, entonces montaba los domingos por las vías cerradas y durante la semana en Los Próceres. No duré mucho porque me enfermé y no pude hacer ejercicio por un rato. En agosto fui a Londres y estaba decidida a usar una “Boris Bike”, las bicicletas que se alquilan. Me daba pánico porque encima de todos los miedos que tengo aquí, estaba el hecho de que no conocía muy bien las rutas y que seguramente rompía como mil leyes y me multarían aproximadamente un billón de libras. Finalmente mi prima me animó y un día me regresé a la casa con ella. No estuvo mal, aunque era como cargar un letrero en la espalda que decía “TURISTA”. Al día siguiente me armé de valor y lo volví a hacer yo sola. Pasé un buen rato investigando mi ruta y fui al mercado yo solita. Fue casi media hora y casi me muero porque no estaba totalmente curada, pero detalles…

Ahora que volví a Caracas decidí empezar a montar en serio. El último empujón que necesitaba era que Nelson se fue a Francia (again) por dos semanas, dejándome desamparada y sin cola a la universidad todos los días. Para ser totalmente sinceros si estuviera aquí tampoco me podría dar la cola a ningún lado porque el carro está accidentado. ¿Ven lo que digo de los carros? El punto es que tomar la decisión de ir en bicicleta a la universidad cuando él también va para allá en carro es como difícil. Pero es mucho más fácil cuando tu otra opción es caminar o agarrar un autobús. Ok confieso que mis papás me dan la cola muchas veces pero vamos a ignorar ese detalle por el bien de la historia.

Todo esto me trae a mi experimento de dos semanas. No prometo ir en bici todos los días, pero lo voy a intentar. Básicamente estoy estudiando un conjunto de variables para determinar qué tan factible es que lo siga haciendo permanentemente. Es decir, cuánto me tardo, qué tan difícil es lidiar con los carros y motorizados, qué tan fuerte es el fastidio de los comentarios y “piropos”, si lo puedo hacer con el morral lleno, qué hago con la bici en la facultad, cómo hago con la lluvia, qué tan cansada llego, cosas por el estilo.


Iré contando cómo me va, deséenme suerte!

Para ver los comentarios de los primeros días, vayan al siguiente post: #ALaUniEnBici Primeros dias

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